A partir de otoño se podrá jugar a la bolsa con la onlae. La empresa del ‘calvo de navidad’, de las quinielas, del bono loto, de la primitiva y del euromillón, sale a cotizar. Doble ración de adrenalina.
Después de tres años de sequía de opeuves parece que las empresas se animan a hacer caja. Como el estado es, en realidad, otra empresa, pues las Loterías y Apuestas del Estado ha reservado el mes de noviembre para el banquete de su lanzamiento.
Juegos de palabras aparte, éste no es un estreno cualquiera. Es la mayor salida de la historia del parqué español –se espera recaudar unos 7.000 millones de euros-, y una de las más importantes del año en el mundo.
Es una operación con marcado cariz político, necesaria para cumplir con el objetivo de déficit público, fijado en el 6% para 2011, y también necesaria para cumplir con lo prometido a los socios europeos y a los temidos mercados.
¿Qué si acudiría con algunos ahorros si fuera usted? Pues mire, sí. Y no lo digo por mi tibia adicción al juego, sino por las características de la empresa, con un modelo de negocio que funciona en todos los ciclos económicos; y cuanto peor, mejor, como la vieja máxima marxista.
Tampoco hay que tener dos postgrados por Harvard, ni ser un novelista de almas, para darse cuenta de la afición al juego del ciudadano español. Simplemente con fijarse en las supersticiosas colas navideñas de doña Manolita, o en el creciente volumen de las apuestas por internet, parece evidente que el azar se convierte la mayoría de las veces en alimento para el ánimo, y también, muy de cuando en cuando, en la solución definitiva o en el principio del fin.
Onlae es una empresa con ingresos recurrentes, con una fuerte generación de flujos de efectivo, y con un endeudamiento cero. Una perita en dulce que en 2011 espera ganar 2.000 millones de euros.
Cada español se gasta, de media al año, 210 euros en el juego. La empresa promete dividendos elevados, de hasta un 90% de sus beneficios, y pagaderos mensualmente, toda una novedad en España –lo normal son dos pagos o, como máximo, cuatro-.
Se habla de un 7-8% de rentabilidad por dividendo anual. Me parecen todos ellos números creíbles.
Seguramente la acción no ofrecerá revalorizaciones elevadas en su cotización, ni tampoco grandes descalabros, lo cual aburrirá a muchos. Pero, por el contrario, se debe comportar como un valor seguro y rentable, con generosos dividendos.
¿Que dónde está el truco? Pues en un par de factores de riesgo: Por un lado, Loterías pretende lanzarse al exterior –suena Turquía como primera parada-, y habrá que gestionar bien las conquistas exóticas. Por otro lado, la siempre espada de Damocles del cambio de fiscalidad del mundo del juego, que evidentemente, sólo podría empeorar.
Confieso que, en mi caso, las fantasías me mantienen siempre pegado a la realidad. Sólo por eso me dejaría engañar una vez más por los delirios del azar.
1 comentario:
Doble juego, ¿quien da mas...?
Hagan juego señores,
LA BANCA GANA, jua, jua.
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