El título del artículo es una gansada como la copa de un pino, una de tantas, una de tontos. Yo quería hablar sobre la tarifa eléctrica que pagamos los españoles, pero antes de entrar en faena me he acordado de una de esas canciones que solíamos cantar en los sanfermines, sólo eso.
Antes de hacer demagogia y ponerme a hablar de demagogia, de asociaciones protectoras de consumidores, de sindicatos y demás fuerzas vivas del panorama cañí, creo que es justo exponer dónde estamos y dónde nos gustaría estar, al menos a algunos; usted dirá.
Al grano; lo que conocemos como ‘déficit de la tarifa eléctrica’ es la diferencia entre lo que de verdad cuesta producir la luz a las empresas eléctricas, y lo que pagamos los consumidores en el recibo; es decir, en román paladino, pagamos por la luz menos de lo que, en circunstancias normales de mercado, nos correspondería; ¿sorprendido, alegrado, preocupado, indiferente, insensible? ¿ninguna de las anteriores?
Al menos por curiosidad, se preguntará; y la diferencia, ¿quién la paga?, porque estaremos de acuerdo que ninguna empresa se pone en marcha todos los días para ‘alumbrarnos’ a costa de perder recurrentemente dinero de una forma tan majadera; de hecho, con echar un vistazo a los beneficios publicados por Endesa, Iberdrola ó Unión Fenosa de los últimos años, el planteamiento se quedaría en cueros vivos. Se lo intentaré aclarar más tarde.
Evidentemente toda esta situación tan anormal es consecuencia de una radiante idea de algún dirigente del pasado, que para eso son los dueños del chiringuito nacional, y por eso son tan fuertes, tan altos, tan rubios, tan listos, tan todo.
¡Ah!, entonces imagino que ya sabrá quién paga la diferencia; la pagaremos todos, mejor dicho, nos la harán pagar a todos pero sin enterarnos, con cargo a la ficción de los presupuestos, y enarbolando la bandera del bienestar común. Pues no, esta vez no es así; siento liarles.
En realidad todo el déficit tarifario que se lleva acumulando en España desde el año 2000 lo pagarán los consumidores del futuro en su tarifa; es decir, los que cometan el atrevimiento de encender la luz una vez resuelto este entuerto, pagarán la electricidad a un precio superior a lo que el mercado les conduciría. ¡que se jodan y que hubieran consumido antes!
El tema lo explica primorosamente el profesor Barea cuando diserta para sordos que tratándose de un bien privado, como es la electricidad, no es admisible, desde el punto de vista de la equidad, que el coste de consumir la misma se traslade en parte a otra persona que no la ha consumido; es un principio general de una economía de mercado donde el que consume paga su coste. Por tanto, se daría una falta de equidad intergeneracional, ya que los nuevos consumidores pagarían una luz más cara que su coste, para compensar la rebaja que ellos no disfrutaron; ¿acaso cuando usted pide un café deja a deber el 30% para que lo pague el cliente siguiente?
Y dicho esto, cada cual que piense como quiera, que para eso estamos en una economía sabiamente intervenida y, queramos o no, siempre volverá a salir el sol para iluminarnos.
Antes de hacer demagogia y ponerme a hablar de demagogia, de asociaciones protectoras de consumidores, de sindicatos y demás fuerzas vivas del panorama cañí, creo que es justo exponer dónde estamos y dónde nos gustaría estar, al menos a algunos; usted dirá.
Al grano; lo que conocemos como ‘déficit de la tarifa eléctrica’ es la diferencia entre lo que de verdad cuesta producir la luz a las empresas eléctricas, y lo que pagamos los consumidores en el recibo; es decir, en román paladino, pagamos por la luz menos de lo que, en circunstancias normales de mercado, nos correspondería; ¿sorprendido, alegrado, preocupado, indiferente, insensible? ¿ninguna de las anteriores?
Al menos por curiosidad, se preguntará; y la diferencia, ¿quién la paga?, porque estaremos de acuerdo que ninguna empresa se pone en marcha todos los días para ‘alumbrarnos’ a costa de perder recurrentemente dinero de una forma tan majadera; de hecho, con echar un vistazo a los beneficios publicados por Endesa, Iberdrola ó Unión Fenosa de los últimos años, el planteamiento se quedaría en cueros vivos. Se lo intentaré aclarar más tarde.
Evidentemente toda esta situación tan anormal es consecuencia de una radiante idea de algún dirigente del pasado, que para eso son los dueños del chiringuito nacional, y por eso son tan fuertes, tan altos, tan rubios, tan listos, tan todo.
¡Ah!, entonces imagino que ya sabrá quién paga la diferencia; la pagaremos todos, mejor dicho, nos la harán pagar a todos pero sin enterarnos, con cargo a la ficción de los presupuestos, y enarbolando la bandera del bienestar común. Pues no, esta vez no es así; siento liarles.
En realidad todo el déficit tarifario que se lleva acumulando en España desde el año 2000 lo pagarán los consumidores del futuro en su tarifa; es decir, los que cometan el atrevimiento de encender la luz una vez resuelto este entuerto, pagarán la electricidad a un precio superior a lo que el mercado les conduciría. ¡que se jodan y que hubieran consumido antes!
El tema lo explica primorosamente el profesor Barea cuando diserta para sordos que tratándose de un bien privado, como es la electricidad, no es admisible, desde el punto de vista de la equidad, que el coste de consumir la misma se traslade en parte a otra persona que no la ha consumido; es un principio general de una economía de mercado donde el que consume paga su coste. Por tanto, se daría una falta de equidad intergeneracional, ya que los nuevos consumidores pagarían una luz más cara que su coste, para compensar la rebaja que ellos no disfrutaron; ¿acaso cuando usted pide un café deja a deber el 30% para que lo pague el cliente siguiente?
Y dicho esto, cada cual que piense como quiera, que para eso estamos en una economía sabiamente intervenida y, queramos o no, siempre volverá a salir el sol para iluminarnos.
2 comentarios:
Suena a coña. pero como sucede en estos casos está claro que no lo es...
¡Ay!, que ahí hay mucho geta, o es jeta, suelto.
Y el deficit a todo trapo y como lo van a arreglar cuando ya no de mas; devaluando la peseta, ¡UPS!, si ya no hay peseta, entonces todos estos euros de aire que llevamos gastados, nos los van a meter por el cu... los europeos o seran tan majos que absorveran en "sus" euros el agujero de "nuestros" euros. Jua, jua.
Y el "Petazetas" y sus colegas buscando temas para que la peña mire hacia otro lado y no se entere o no se quiera enterar.
Vivan las maniobras de diversion.
Estamos jod...
Un abrazo peña.
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