Ya sé que empiezo a correr el riesgo de convertirme en el vivo ejemplo del imbécil que tanto abunda y que, cuando no tiene ninguna responsabilidad, sabe y opina de todo, pero que si me cayera encima, la responsabilidad, me haría de vientre y echaría balones fuera en busca de culpables inocentes. Pero es que me pueden las ganas. Las de opinar y las otras.
16.000 millones de euros en impuestos. 2,6 billones de las antiguas pesetas. Eso es lo que nos pide (nos exige) Zapatero. El 1,5% de nuestro bien sudado PIB. Habrá división de opiniones. Supongo.
Y eso que gracias al euro, y tras casi 8 años entre nosotros, casi nadie se quiere enterar de la verdadera magnitud de las cosas. Afortunadamente. Y entretanto nos acercamos a una tasa de paro del 20% y a un déficit público del 12%.
Subir impuestos en plena recesión es un error imperdonable. Un mazazo para todos que va a obstaculizar aún más la recuperación. No hay que haber leído mucho para saber que si se quiere que un incremento fiscal tenga el objetivo de balancear las cuentas públicas, se ha de ‘decretar’ en el momento en que la senda de la recuperación se haya conseguido de forma clara. Nunca antes.
El problema se agrava si el dinero que se nos pretende ya está comprometido en nuevos gastos. Más si la nueva medida sólo se aprobará maltratando los presupuestos de 2010, concediendo nuevamente lo inconcedible a los colegas independentistas. Duro calvario el que nos espera. Insoportable.
El discurso del Presidente está lleno de inmensos vacíos. Sus brindis al sol son continuas trampas mortales. No queremos más primicias, ni más conejos de su chistera. No queremos más retórica gansa. No queremos más burlonas medidas desde el burladero. Ya no queremos que siga metiendo la pata.
Y me molesta sobremanera el perverso juego de palabras con el que se nos intenta bombardear. A ver. Para medir lo que nos cuesta contribuir al sostenimiento del Estado, en relación al PIB, se suman tres fuentes de ingresos públicos; los impuestos directos (IRPF y Sociedades), los indirectos (IVA, tabaco, hidrocarburos,…) y las cotizaciones a la seguridad social. Así medida nuestra presión fiscal, asciende actualmente al 33%, un tercio para cada tipo.
Pero es que el anunciado espasmódico y atolondrado incremento de la presión fiscal de 1,5 puntos, todavía tiene las cartas boca abajo. Que si recobro los 400 euros del IRPF. Que ahora incremento el IVA. Ahora las rentas de capital. Ahora el impuesto del tabaco. Ahora voy a por los ricos ricos. Ahora sólo a por los ricos pobres…... La ocurrencia como fuente del derecho tributario que diría el jurista.
Pues yo quiero saber quién va a pagar la cuenta, porque si puedo, tengan por seguro que intentaré no hacerlo. Lo malo es que mi nómina viene recortada en su origen.
jueves, 10 de septiembre de 2009
Insoportable
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2 comentarios:
A mi zulo ha llegado la misma información desde distintas fuentes, así que voy a tener que empezar a preocuparme por las acciones de los políticos, tema, que hasta ahora, no me había interesado en absoluto.
Tanto cagarme en algunos y su familias (vivos y muertos), de puertas para adentro, igual hay que empezar a cagarse de puertas para afuera.
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