La economía española ha entrado oficialmente en recesión; los economistas han definido que cuando una economía presenta dos trimestres consecutivos caídas de su producto interior bruto, ya podemos presumir de vivir en recesión. Sin más.
Afinando; a
Un análisis medianamente serio nos llevaría a considerar como dato fundamental el PIB per cápita, que es el PIB dividido por
La lista de críticas al PIB es enorme, en cuanto a su valía como medida del progreso de un país. Por citar alguna, no tiene en cuenta ninguna actividad económica por la que no se pague, como el trabajo del ama de casa. Si usted hace la comida, cuida a sus hijos y recoge la casa, nada de esto cuenta para la cifra oficial del país. Sin embargo, si compra comida preparada, lleva los niños a la guardería y contrata a una mujer de la limpieza, todo esto sí cuenta. Otra; el PIB per cápita no tiene en cuanta la distribución de los ingresos, es una media simple que puede enmascarar enormes desequilibrios entre ricos y pobres.
Hasta que inventemos otra cosa, estaremos más o menos de acuerdo que el PIB es una medida aceptable de nuestro bienestar, por la sencilla razón de que lo que podemos consumir estará limitado por lo que podamos producir. Si alguien no está de acuerdo, le aconsejo que desconecte definitivamente de este tedioso artículo y escuche el último disco de ‘Un mar al sur’. Eso sí es bienestar.
Para reincidentes; si el PIB se vuelve negativo, irremediablemente habrá pérdidas de empleo, cierres de negocios, desaparición de capacidad productiva. ¿y por qué vamos a producir un 2% menos, pudiendo producir un 2% más? ¿tan tontos somos? Las recesiones se producen, muy a nuestro pesar, por algún diabólico choque de la economía, como el hundimiento de la bolsa, del mercado inmobiliario, la subida de materias primas de las cuales dependa mucho la economía, etc; La política económica de un gobierno influye, y mucho, en la forma de entrar, vivir y salir de una recesión.
Por ejemplo, el reciente plan aprobado por el Gobierno español consistente promover unos 31.000 proyectos de inversión en obra pública por valor de 8.000 millones de euros, es una medida carente de imaginación, es un ladrillazo cutre que repite errores del pasado, que no resuelve ningún problema estructural, todo lo contrario, es un parche roto de antemano, y sobre todo, no va a la raíz del problema. ¿consecuencias? Más gasto público improductivo, y más recesión.
Y el año que viene a jugar la UEFA, que
1 comentario:
...Si la guarderia, la señora de la limpieza, etc la seguimos pagando mediante ese medio de pago tan extendido en España...y que nunca se estudia llamado "sobre", ¿afecta al PIB?
Publicar un comentario