lunes, 29 de diciembre de 2008

Queridos reyes malos…..

……como he sido bueno, sólo os pido que desechéis para siempre del deporte demagógico popular el adjetivo ‘social’. Me dirijo especialmente a ti, rey Gaspar, mi relegado de niño, y ahora que felizmente nos dejas, tras años en la bancada del gallinero de tu izquierda desunida, quizá tú podrías concederme este último deseo.

¡Cuántas veces has utilizado, en tu absurdo evangelio, la coletilla social! No hará falta recordártelo, pero cuando cambies la poltrona del hemiciclo por tu sillón de consejero empresarial, quizá ya nunca la vuelvas a utilizar: seguridad social, gasto social, obra social, prestación social, salario social, asistente social,………Anótalas de recuerdo; con el tiempo te gustará repasar tus pecados mortales sin confesar.

A mi me ha revuelto las tripas cada vez que las oía, especialmente de tu boca, y no porque yo sea un desalmado capitalista de la derechona, ni siquiera porque sea un borrego, ni un tonto de los cojones del partido popular, sino por la burda mentira que, a fuerza de repetida, se convierte en besos de judas y en catarata de funcionarios del INEM.

Esta semana has apoyado tu último logro ‘social’, subiendo el salario mínimo interprofesional; te doy las gracias en nombre de todos los dignificados asalariados que perderán su empleo por esta ética medida; es como quitarle la respiración asistida a un enfermo, como matarle por miedo a que se muera.

Gracias también en nombre de los pensionistas, a los que también has utilizado, y a los que habéis subido las pensiones en no sé qué tanto por ciento maquillado, en no sé qué media calculada de forma disparatada. Como siempre, las delicadas y electorales pensiones..... éstos seguro que te serán siempre fieles a tu memoria, pues será más difícil convencerles que lo que habéis hecho es quitarles el pan a sus hijos, a sus nietos, pero de una manera social, siempre social; total, hay pan para todos, pan para hoy.

Tres vivas como tres truenos, por los reyes malos de occidente, en especial para ti, rey Gaspar. Que te lo lleves crudo en paz.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Cuando muchos hacen ricos a pocos

Cualquiera de nosotros habrá escuchado alguna vez, si no sufrido, las lágrimas que provocan las llamadas estafas piramidales, el timo de la estampita en versión trajeada y con gemelos de marca. Para quien se halle plácidamente viviendo en el mundo de la ignorancia, les diré que este sistema es tan simple y antiguo, que sólo juntando la maldad y la codicia borreguil del ser humano, puede triunfar una y otra vez, por los siglos de los siglos, amén.

El sistema, ya les digo, es muy simple, tanto que hasta una banquera de pueblo estafó a miles de ahorradores en Portugal hace casi 30 años. Cojan papel y lápiz para apuntar la receta por si tienen la tentación de hacerse ricos alguna vez. Necesitamos un hábil organizador que ofrezca elevados rendimientos para inversiones denominadas 'alternativas' (vean caso AFINSA-FORUM), y un conjunto de codiciosos y desinformados inversores entre los que primen unas estrechas relaciones de confianza; padres que convencen a hijos o viceversa, éstos a los vecinos, aquéllos a íntimos amigos, éstos a su vez a compañeros de trabajo, exnovias a novios, y así sucesivamente hasta establecer la denominada estructura piramidal que tan bien refleja las relaciones entre los miembros de hoy, futuros damnificados del mañana.

Las elevadas tasas de interés prometidas se sufragan principalmente con la incorporación de nuevos 'clientes' al mecanismo, y esto además refuerza el voto de confianza por parte de aquéllos que en su momento recibieron puntualmente los primeros rendimientos de la pirámide.

El riesgo de un esquema piramidal es que funciona mientras existan nuevos inversores en cantidad suficiente. Cuando la población de nuevos posibles participantes se satura, los beneficios de los inversores originales disminuyen y muchos participantes terminan sin beneficio ni capital alguno tras haber financiado las ganancias de los primeros participantes.

Ahora que se acerca el simulacro de paz y amor de cada año por estas fechas, voy a ser un poco malo, siempre desde el respeto y la amistad que nos une. ¿no les recuerda este mecanismo piramidal a nuestro sistema de pensiones público? Sí hombre, esa gran maquinaria controlada por la el Estado que se encarga, teóricamente, de velar por el bienestar de los jubilados.

Me explico; hasta donde yo sé, el sistema público de pensiones se nutre de dinero proveniente de los salarios o sueldos de aquellos trabajadores en situación activa, que se ven obligados a aportar parte de su salario para que éste sea administrado por el Estado; estos recursos frescos sirven para atender el pago de las pensiones de aquellos trabajadores que ya se encuentran en condición de jubilados. ¿a que el sistema les va sonando?

Bueno, aún queda el asunto de la necesaria fidelidad al sistema; esto ya lo tenemos resuelto los españoles, pues nuestro sistema de pensiones no es opcional; además, como la nómina ya viene neta de este asuntillo, a nadie le duele en exceso.

El problema es que esta pirámide explotará, ¡vaya que si explotará! Y, cuando todo se vaya al carajo, nos dirán que desafortunadamente nuestro sistema de pensiones ha quebrado; no nos dirán que era un sistema piramidal estafador, no, nos hablarán de la solidaridad, del estado del bienestar, de los más desfavorecidos, de los errores del pasado.

Vaya, y yo que quería hablar de la estafa piramidal del señor Bernard Madoff, la mayor estafa financiera de la historia........ hasta el momento. Un nuevo escándalo para acabar este 2008 glorioso, aunque, por una vez, los afectados no son gente desinformada del pueblo , sino grandes fortunas de todo el mundo. Y yo que pensaba que éstos nunca perdían.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Feliz 2010

Con la dosis justa de cinismo me gustaría desearles que la nube negra del 2009 pasara tan rápido, que la angustia que nos provoca subir al casillero un año más la celebráramos este año con vulgar indiferencia, como rumiando una indecisa bilis.

Y ojalá sea el 2010 el principio del fin de este insoportable tugurio en el que andamos metidos, ojalá sea el game over de un videojuego basado en una mala película de terror.

Desgraciadamente no es momento de brindar, y sí de desear, aunque ten cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir; si no, que se lo digan a los más de once millones de españoles que volverán a brindar por un 2009 más próspero, más social, más justo, más demagógico, pero este año que viene lo harán convertidos en felices subsidiados públicos, saboreando su descanso inactivo, y sin contar con el beneplácito de otra parte de los españoles que no desean brindar, o que no desearon desear lo mismo en marzo de 2008.

Y antes de atragantarte con las uvas de fin de año, no olvides pasar lista a tu cabeza; ya no hace falta convencer a nadie que la fiesta se ha acabado, pero sólo tus zapatos saben de qué pie cojeas, sólo tú sabes si eres otra víctima de la logse y aún no te has enterado.

La herida abierta en el corazón económico y financiero mundial viene cargada de sonrisas tristes y atronadores silencios para estas navidades, aunque la cercanía de aquellos tiempos de abundancia y expectativas dulces, quizá haga que algunos se pongan la venda en los ojos unas semanas más, camino de cualquier lejano lugar. Así, hasta bien entrada la cuesta de enero, no se enterarán de veras que nuestro estatus ha cambiado, salvo a quien le suene la flauta de San Ildefonso.

Los más insensatos optimistas seguirán con su careto de insoportables santurrones, seguirán fieles a la orquesta política más desafinada, y podrán brindar felizmente por el 2009, podrán volverse a la realidad y maquillarse con más mentiras piadosas, con más sexo sin amor, con boludeces peronistas, con hados casposos que les saquen las castañas del fuego, o con fantasmas a quienes echar la culpa de todo. El resto habremos de esperar al 2010, en el mejor de los casos.

A mi me sigue resultando muy difícil predecir, especialmente si es sobre el futuro, así que sólo les pido que en estas fechas se aprieten un buen pelotazo de aguardiente, aunque sea de hacendado, que busquen la verdad en sus amigos, que no dosifiquen los placeres mundanos pero que vigilen de reojo su colesterol y su próstata y, ante todo, les deseo mucho trabajo y mucho amor; saquen el corazón del cajón, quiéranse mucho estos días, muéranse de amor, dense besos de regalo, aunque algunos les sepan a vinagre, acaríciense como si fuera la última vez; es la única receta financiera fiable para combatir la crisis, para recorrer este camino que no lleva a Roma.